
Te volví a ver y contrario a lo que temía, en mí hay un gran alivio, se ha ido por fin aquel lazo que me obsesionó, se han ido las mariposas, se han ido las ganas de saber de ti, se ha ido hasta el odio que sentí en algún momento, se fue todo hasta el sonido de la banda, pero tranquilo que no es Rebeca del Río, la que canta ahora. Te llevé al Teatro del Silencio, claro que esta vez te dejé ahí, y la caja azul con la llave de lo que rompiste en dos, me la llevo también conmigo.
...Silencio no hay Banda...There´s no band...No more band for You anymore my Bad Boy, my Sweet Sorrow, my Bittersweet Past Symphony.
El color de la anilina de mis recuerdos, se deja lo mejor de la historia, mezcla tus miradas, tus regalos y tus cartas, la espesura se la dan tus besos y tus cariños solapados, las conversas beodas, los recorridos culturales que me enseñaste por la ciudad y cada una de las veces que me hiciste reír. Me guardo aquella mentira tan natural para ti, me la guardo, pues ya no vale la pena analizarla, lo sello todo con la música, que estuvo siempre ahí para los dos y como bien dijiste "La Música no tiene la culpa", claro que no....Es sólo que lo hace todo más intenso y se empeña en hacer flashbacks y Racontos que me hicieron recordarte por un momento otra vez...
p.-
2 comments:
Hermoso relato para momentos tan tristes como los de término de una relación.
Es bueno darse cuenta, después de algún tiempo, que aquella obsesión se fue y que ya puedes seguir tranquila con tu vida.
Felicidades.
Efectivamente la música no tiene la culpa.
Aguante el rock!
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